29 abril 2007

Los errores de la vida

No es ninguna novedad el que la gente cometa errores, equivocarse es de humanos, cambiar de opinión de sabios. Sin embargo los errores son calificados como tales por sus resultados inmediatos, pocas veces en la historia personal se considera aquel simple momento en el cual todo cambió.

¿Cuál fue la copa que convirtió al borracho en alcohólico? ¿Cuál fue el desliz que acabó con un matrimonio? ¿La mentira que enterró el romance? ¿El sobregiro que quebró las finanzas? Decidir es renunciar, lamentablemente nunca se sabe cuantas son o serán las distintas circunstancias que se dejarán de vivir o se vivirán por haber decidido una en vez de otra cosa.

Un ejemplo sencillo puede ser el realizar la primera llamada con aquella persona que se conoció en un bar, antro o café. Llegar a la primera cita y tal vez después de eso al altar, sin embargo la inmediatez nunca refleja el futuro, ni siquiera lo esboza; las macrotendencias y la probabilística sólo permiten predecir en función de agregados, pero nunca nos dirán como será el futuro personal.

Ahora bien, con cada decisión la moneda está en el aire, usualmente se suele decidir tratando de minimizar las peores consecuencias, es decir, un peso perdido duele menos que $1,000. Sin embargo tal vez atreverse a perder o jugar a perder es una estrategia, que si bien arriesgada, puede llevarnos a vivir futuros más apasionantes e incluso más satisfactorios. La renuncia nunca es sencilla, dejar el nivel de confort que se tiene para buscar una nueva circunstancia en la cual tal vez se pueda vivir con mayor plenitud es una apuesta que sólo los temerarios, los bohemios, los locos y los románticos se atreven a tomar.

05 abril 2007

Las emociones

Hay algo que psicofisiológicamente puede ser sencillamente explicado, el amor, la angustia, la excitación sexual, el miedo, etc., todas pueden ser perfectamente explicadas como una reacción predeterminada por años y años de evolución que se resumen como un modo de defendernos del entorno o perseguir objetivos de supervivencia o procreación.

Me rehúso a pensar que el amor es sólo serotonina en mi cerebro; y también niego que el miedo sea lo que nos detiene a avanzar en la vida, nuestra mente está influida por fluidos pero nuestra conciencia nos libera de nuestra animalidad.

Aquí un breve texto que encontré sobre el miedo:

“Una vez un estudiante de psicología fue a entrevistar al boxeador Mantequilla Nápoles para una revista escolar.
—¿Usted siente miedo en el ring?
—Yo siento miedo desde el instante en que se pacta la pelea. Después de firmar y fijar la fecha hay días en que me tiemblan las piernas. Me pongo insoportable. Me peleo con mi mujer y con mis hijos. Luego me voy a un rancho en Querétaro y me llevo a dos a amigos para tener a quien insultar. Me levanto en la madrugada, a correr. Y siento el miedo. A medida en que se acerca la fecha de la pela el miedo aumenta. Me he llegado a despertar en la noche dando de gritos.
—¿En ningún momento se calma? —Nunca dejo de pensar en el miedo. Llega el día de la palea y ya estoy en la Coliseo, en los vestidores. Me relajo, me vendan las manos, respiro hondo y el miedo sigue allí, peor que nunca. Me tiemblan los labios y las corvas. Llega la hora. Me ponen los guantes y salgo a caminar entre el público. Lo saludo.Me aplauden. Y no logro vencer el miedo. Me muero de miedo. Subo al ring. Nos presentan. Me quitan la bata. Veo a mi oponente en la otra esquina. Pero cuando por fin suena la campana el miedo desaparece. Se acaba totalmente el miedo y empieza la pelea.”