08 julio 2007

Conciencia histórica

Los hechos no hablan por si mismos, en realidad no importa que es lo que ha sucedido en el tiempo sino como se interpreta un suceso en particular y como se contextualiza a una realidad y circunstancia específica. Es mas, un mismo hecho puede y debe ser reinterpretado en múltiples ocasiones en la vida; la historia personal se debe ajustar siempre al presente, de este modo es posible retomar el pasado y entendernos como el resultado de un sinfín de encrucijadas y decisiones que nos han puesto a cada uno en distintas circunstancias. El presente no es más que un resultado de lo que hicimos y dejamos de hacer.

Entonces aquellos distintos momentos que se han vivido tienen una marca que perdura en todo momento, pues somos la consecuencia de ellos, analizar cada uno de los más trascendentes construye la historia que nos ha forjado. Es decir, sin introspección el individuo es un ser atemporal, pues su ser sólo sucede en el presente al no tomar conciencia de lo que ha sido y ha hecho; esto significa que el sentido de la vida es el sentido de la interpretación de la historia personal.

Algunos ejemplos clave de cómo esto funciona son sencillos, un ser sin historia es incapaz de autodefinirse respecto a valores: la lealtad, la fidelidad, la honestidad, etc., son pruebas de fuego, es decir quien no ha vivido una circunstancia que defina su temple respecto a ello no puede afirmarse como poseedor de dicha cualidad. Pero incluso el que ha fallado en las pruebas puede recontextualizarse como virtuoso dada una nueva realidad; analizando su propia historia como el elemento guía de lo actualmente es. Los que han sido infieles pueden reinterpretar los momentos pasados y tratar de entender porqué le han fallado a sus antiguas parejas ¿fueron las circunstancias? ¿fue la naturaleza del infiel? o simplemente fue algo que tuvo que pasar para que hoy el infiel se redefina en función de las experiencias y lecciones aprehendidas.

Reconstruir el propio pasado es una tarea ardua, tan complicada como hacer investigación histórica respecto a sucesos como guerras, procesos políticos, etc., ya que la propia vida puede ser muy complicada al tratar de entender los distintos cauces que llevaron a un desenlace en particular. ¿Cómo saber si un romance fracasó porque hubo una traición o porque el romance ya había fracasado hubo traiciones? ¿Cuándo un suceso crítico es la causa o es la consecuencia? En una vida que toca la vida de muchas otras personas, las causas propias pueden ser las consecuencias de la vida de los demás; distinguir lo que para uno fue trascendente y determinante no es sencillo, definir con claridad si eso que ya sucedió es lo que nos determina hoy en una circunstancia distinta es un proceso de toma de conciencia respecto a la propia historia.

Elevar el nivel de conciencia es un modo de darle un sentido a la vida, pues sin origen (historia) no hay destino y entonces la vida se vive en automático simplemente esperando a que un día acabe como consecuencia del paso del tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viejo, insisto, tu tema entre líneas siempre alude a la "experiencia". No huyas, ya tienes mucho material para titular el texto que a secas se llame: "La experiencia".

Un abrazo