12 enero 2005

El vicio

Dentro de la historia del pensamiento universal se encuentran muy distintas corrientes sobre los conceptos de virtud y vicio. Desde los epicúreos y hedonistas; hasta el New Age y el catolicismo mexicano junto con otras muchas y muy diversas corrientes; dentro de ellas se percibe con claridad que a los hombres les preocupa como manejar el placer en su vida cotidiana.

El hombre sufre una terrible dualidad entre su ser racional y su ser animal. La autoconciencia y la autorreflexión nos hacen percatarnos que podemos controlar nuestro instinto primitivo, poseernos y vivir un libre albedrío restringido por nuestra voluntad.

El primer tema es la virtud, ¿qué define esta palabra? La virtud es un comportamiento del hombre que resulta de la reflexión, es decir el hombre es tan virtuoso como su capacidad de elegir entre un modo de vida y otro después de haber definido un su propio parámetro. No es virtuoso aquel que sólo actúa el comportamiento; pues la verdadera virtud es un estado interior que se proyecta en todo lo que se hace. La virtud es un acto de constricción superior, pues implica una renuncia; el hombre virtuoso suele elegir aquello que requiere una fuerte voluntad para doblegar lo instintivo de su ser.

Existen ejemplos muy obvios del placer mundano que el hombre experimenta constantemente; pues es el placer el primer motor del impulso de vida, todos los seres vivos reaccionamos al placer y, en la búsqueda del mismo supervivimos. El instinto en muchos aspectos es placer puro, pues por instinto realizamos las actividades que consideramos básicas como individuos y aun más como especie. El acto de alimentarnos, reproducirnos, procurarnos refugio, etc.; son fundamentales para la vida. La vida individual es posible sin sexo, con un plato de avena y algunos litros de agua se puede vivir por siempre, con un pedazo de piel se puede uno abrigar bajo un árbol. Pero el hombre siempre busca más, más placer, mayor variedad de alimentos y sexo por el placer mismo y no por el afán reproductivo. De un modo u otro el placer es el motor del progreso, la creación de un paraíso hecho por el hombre, no por Dios.

Por el otro lado está la razón, la inteligencia, la auto reflexión. ¿Es el placer bueno? Usando la comida y el sexo como ejemplos, trataré de responder a la pregunta.

Al menos existen tres elementos para abordar el tema: el instinto, la reflexión y el porque racional del acto. Comer es vital, en un sentido instintivo sin alimento se muere, es por eso que el hombre tiende a comer cuanto puede, el cuerpo mismo está diseñado para almacenar energía en forma de grasas; la proclividad del cuerpo a engordar es resultado de proceso evolutivo, mientras más rápido se engorde más eficiente se es en la asimilación de energía. Lo anterior era muy útil cuando el hombre vivía con una inmensa incertidumbre sobre su futuro alimenticio, cuando la dependencia en la caza y la recolección hacía azarosa la existencia de alimentos. En la actualidad somos bastos en comida, si existe el hambre en el mundo no es por falta de capacidad productiva o sequías; sino por cuestiones financieras.

La alimentación ha evolucionado tanto como el hombre, hoy en día podemos encontrar mil variedades de chocolate, pan, carne, frutas y verduras, granos, grasas, etc.; por el arte de la refrigeración podemos disponer en cualquier temporada de cualquier alimento, con los cultivos transgénicos se puede sembrar cualquier cosa en cualquier lugar, pero tanto desarrollo tecnológico no sólo alimenta, sino que la variedad es transformada gula, la exquisitez hace que todo alimento se vuelva deseable.

El acto de comer es entonces no sólo vital, sino también racional, comemos porque lo necesitamos, lo deseamos, lo podemos y lo sofisticamos en la cocina. En el momento de hacer consiente la alimentación se realiza un acto de elección; ¿qué como? La elección puede ser tan golosa e inescrupulosa como la falta de voluntad y el tamaño de la barriga lo permita. Pero entonces al elegir se puede renunciar tanto a la variedad como a la cantidad; para los hombres de nuestra era es deseable y posible; entonces: ¿por qué no nos contenemos? ¿Por qué suele dominar la gula sobre la razón? Si hoy conocemos las consecuencias de la obesidad porque el 60% de la población en México tiene sobrepeso?

La respuesta es simple, por falta de voluntad y de reflexión al actuar. La fuerza de voluntad es una fuerza restrictiva del placer, es un acto de constricción superior, pues se compone de dos elementos: la reflexión sobre el acto realizable y la renuncia al dominio del instinto. Eso es lo que comprendo por virtud, el dominio del ser propio, el autocontrol, el dominio del instinto como consecuencia de la reflexión sobre los actos.

Igualmente pasa con el sexo, en la actualidad la proclividad respecto al sexo como placer puro es algo que domina todo el ambiente, el sexo es una mercancía que se transa sin barreras, las enfermedades de transmisión sexual son prevenibles, igualmente el embarazo. El sexo se puede conseguir en variedad de presentaciones, desde el onanismo hasta las orgías. Los swingers que comparten a sus parejas "estables", la homosexualidad, la prostitución, la pedofilia, etc. Todo lo anterior siempre ha estado presente en la historia del hombre, pero hoy además de presente es mucho más cotidiano, deseable socialmente y aceptado como "normal" (excepto la pedofilia). El sexo por el placer mismo nos distingue del resto de los animales que sólo copulan por el instinto de preservación de sus especies en periodos limitados. Pero el hombre no tiene dicho límite, el sexo sólo por el placer es algo que sólo los hombres disfrutamos.

Pero en la concepción del acto ¿cúando el sexo se transforma en lujuria? Cuando se pierde el control sobre el acto, cuando no es posible la renuncia, cuando se vuelve vicioso, cuando es una adicción. Cualquier variedad de la sexualidad puede ser viciosa, lo que lo distingue del sexo virtuoso no es acto en si, sino la concepción del mismo el "porque".

Quien ha decidido copular porque en ello encuentra un modo de vinculación adicional, realiza sexo virtuoso, quien lo realiza como un acto exclusivo del amor entre dos individuos, también. Quien participa en una orgía por el simple hecho de hacerlo, sin reflexión, está siendo vicioso.

Entonces el vicio está constituido por la falta de una filosofía constitutiva del acto, actuar por actuar es instintivo para todos los seres vivos, pero para el hombre es vicioso, pues el hombre que subyace a su instinto no se autoposee, no tiene dominio de su ser y mucho menos de su mente.

La realidad es inminente, es un abrumadora y puede ser evadida a través de la enajenación; cuando el hombre se aísla de su entorno dentro de alguna actividad viciosa (lujuria, gula, alcoholismo, drogadicción, fumar, ejercicio obsesivo y demás actividades que sólo se realicen a modo de evasión de la realidad) pierde el sentido de realidad, retrocede en su calidad de ser superior a un estado inferior al de los animales, pues en la bestia no existe el vicio, el vicio es exclusivo del hombre.

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