17 abril 2005

THE GAY SWAT
@ CAFE TOSCANO, CONDESA 17ABR05

Las tendencias de la moda global han hecho que los marginados y marginales gays se hayan integrado súbitamente a los medios de comunicación; su incursión ha transformado el aspiracional del típico macho heterosexual y hoy lo cool is ti be gay.

La novedad de novedades(!), las mujeres nos prefieren bien peinados, barba arreglada, uñas recortadas, bien olientes, bien vestidos, solventes, desligados de nuestras madres, con departamentos ordenados y limpios. Quién lo hubiera imaginado(?). Bueno pues al parecer muy pocos, pues de no ser así los programas que en la actualidad circulan en la televisión gringa no estarían plagados de SWATs de gays (ejemplo: Queer eye for the straight guy) que con sus sofisticados modales, buen gusto, conocimientos sobre cultura, arte, cocina y moda transforman la apariencia y estilo de vida de algunos cerdos que previamente pactan salir a cuadro en la intimidad de sus vidas.

Propongo cambie la estrategia y contenido de estos programas y que dentro de sus armas especiales no enseñen a mentir como mujeres. Sí, al parecer la gran capacidad de predicción que las mujeres poseen, les permite planear mentiras y escapes asombrosos. Resulta pues que los hombres somos muy predecibles, nuestro modo de conducirnos, las limitaciones que nos ponemos, las cosas que nos enojan y sacan de quicio respecto a nuestras parejas femeninas (cabe la aclaración) nos hacen sujetos de simples y sencillos engaños en los cuales caemos y no nos damos cuenta.

Ejemplifico, el amigo que se supone es gay y resulta ser el cuerno, el celular que no recibe llamadas porque la pila se agotó o porque se encontraba en una zona sin servicio; las hermana que nos dice que ella ya esta dormida y no nos aclara que con otro hombre y en otro lugar, el viaje de "sólo niñas” que resulta ser sólo la niña de tus ojos en los ojos de alguien más. Los momentos en que hacernos enojar es el pretexto ideal para no reportarse un par de días y que al final resulta somos nosotros los culpables e insensibles.

No es que los hombres seamos estúpidos y tampoco que no mintamos, sino que nuestras habilidades son un poco más limitadas. Al parecer sólo se nos ocurren pretextos inverosímiles como "estoy yendo al psicólogo", "no es mi amante, es mi amiga que esta dolida con su ex", "tuve una larga junta que se prolongó hasta la madrugada del sábado", etc., etc.

El arte de mentir es una sofisticación genética que aún no desarrollamos como ellas lo han hecho; creo que la ventaja de parir y criar niños les ha dado el poder de saber como manipularnos y reeducarnos.
Sí, lamentablemente necesitamos de un par de amigos gay que lleguen a enseñarnos esas estrategias para mentir magistralmente; esas que ellos en su afán femenino de desear hombres han logrado aprehender.

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